¿Qué diferencian a estas tres disciplinas?
Estas tres disciplinas son a menudo confundidas entre sí, pues comparten en sus fundamentos un mismo objetivo: el de ayudar a las personas o grupos de personas en su consecución de unos determinados objetivos, pero desde ángulos diferentes y distinto enfoque.
En este artículo te contamos las principales diferencias.
Orientación y enfoque
Como hemos comentado, una de las diferencias más notables entre estas tres disciplinas es el enfoque de las mismas. En este sentido, el coaching pone el foco de atención en el presente y el futuro, apoyando a la persona a la hora de potenciar sus recursos personales y planificar estrategias efectivas que posibiliten los cambios necesarios para la consecución de objetivos.
El asesoramiento, por su parte, se orienta fundamentalmente en el pasado de la persona, apoyándola en la comprensión del mismo y tratando de resolver los posibles conflictos que hayan podido limitar su crecimiento a fin de que esta sea capaz de avanzar y desarrollar su potencial de forma más positiva.
En cuanto a la mentoría o tutoría, orienta sus objetivos en que la persona, pueda recibir la sabiduría y los consejos de su mentor a fin de promocionar su carrera, resolver sus inquietudes, preocupaciones o dudas e inspirarse en un determinado campo, ya sea nivel individual o, en el caso de grupos de personas, facilitando un entorno de trabajo positivo.
Propósitos
El principal propósito u objetivo de la tutoría es el de facilitar que la persona pueda desarrollar sus capacidades al máximo nivel en un área determinada a fin de cumplir de forma óptima con sus responsabilidades en dicho área, además de en ocasiones, fomentar las relaciones positivas.
Por su parte, el asesoramiento y el coaching persiguen que la persona adquiera una mayor autoconciencia, aunque desde sus diferentes enfoques.
Mientras que el coaching se enfoca en objetivos realizables, tanto a presente como a futuro, mediante la mejora de competencias y el desarrollo de las habilidades personales, el enfoque del asesoramiento es clínico y persigue la mejoría de los estados emocionales de la persona, a partir de la resolución de los conflictos pasados.
Línea de tiempo
En función de los objetivos que se persiguen, los plazos de estas tres disciplinas pueden ser variables. En relación a la tutoría, esta puede extenderse en el tiempo hasta que la persona haya alcanzado suficientes habilidades como para no precisar más este apoyo, o por el contrario, mantenerse como una fuente de apoyo continuada en la carrera de esta persona.
El coaching, por su parte, se enfoca en ayudar a las personas a conseguir unos determinados objetivos a corto plazo, aunque se pueden establecer diferentes metas en el tiempo, por lo que su duración dependerá de la consecución de las mismas.
Por su parte, el plazo del asesoramiento suele ser más largo y su duración, suele depender de las necesidades o preferencias de la persona asesorada. En algunos casos este asesoramiento se extiende durante un largo tiempo y en otros casos, termina cuando la persona resuelve la situación concreta.
Competencias
Las responsabilidades y competencias que se buscan adquirir mediante la mentoría suelen estar relacionadas con un área determinada a nivel profesional.
En cuanto al asesoramiento, la principal responsabilidad de la persona es la de hacerse cargo de sus emociones de una forma correcta, algo que afecta principalmente a nivel interno.
Por su lado, la principal competencia que se persigue con el coaching es la de que la persona se haga responsable de sus acciones y sea capaz de aplicar correctamente las estrategias que se hayan planteado a fin de lograr las metas que se persiguen.
Relaciones
Aunque las relaciones entre los profesionales de la mentoría, el asesoramiento y el coaching pueden ser diferentes en relación al proceso que se esté implementando, en general, los asesores o consejeros trabajan en un entorno terapéutico, por lo que se suelen mantener ciertos límites a fin de conservar un enfoque correcto.
En cuanto a la mentoría, la relación tiende a ser más amistosa e informal y, por norma general, se suele aplicar a una sola persona a la vez. Mientras que en el coaching, pueden ser varias las personas que reciban las directrices del coach, por lo que las mismas pueden ser también algo más informales y, en ocasiones, orientadas a todo un grupo.
Formación requerida
También encontramos diferencias en relación a la formación requerida por parte de los profesionales de la mentoría, el asesoramiento y el coaching.
Los mentores, deben ser personas con una enorme experiencia en el área acerca de la cual van a tutorizar, puesto que su labor es la de poner esta sabiduría adquirida durante años al servicio de la persona tutorizada, pudiendo resolver sus dudas y facilitando con ello que la misma, pueda desarrollar su carrera a un nivel superior.
Por su parte, los asesores precisan una especialización más profunda en la materia concreta en la que centran su labor, así, encontramos asesoramiento espcializado en nutrición, en adicciones, asesores matrimoniales, etc.
Y el coaching, en cambio, orienta sus esfuerzos en los procesos, por lo que deben tener formación específica en relación a las estrategias y metodologías necesarias a la hora de apoyar a la persona en la potenciación de sus recursos, habilidades y en la comprensión de sus puntos fuertes.
Formación como coaching
En Autognosis, podrás formarte en una herramienta tan apasionante como el coaching, además de poder complementar estos conocimientos con otro recurso de autoconocimiento sumamente práctico, como es el eneagrama. Con la formación 100% online de experto en Coaching y Eneagrama, además de poder profundizar en tu propio desarrollo personal, y de poder emplear la sabiduría del Eneagrama de manera profesional, bien enfocándola a la psicoterapia, al liderazgo o a la docencia, también podrás aprender todas las metodologías para ayudar a las personas a sacar su potencial, así como realizar consultas de autoconocimiento y orientación basadas en la personalidad, adquiriendo un sistema de diagnóstico que te proporcionará toda la confianza necesaria a la hora de hacer docencia, terapia o coaching.