Eneatipo 7: el arte de elegir y comprometerte
«Cuantas más opciones tenemos, más difícil es sentirnos satisfechos con la elección que hacemos»
— Dan Gilbert, psicólogo de Harvard
Dicha en su charla TED “The surprising science of happiness”, esta frase resume uno de los conflictos más silenciosos de nuestra época: la falsa promesa de la abundancia de opciones.
Y si hay un eneatipo que sufre particularmente este fenómeno, ese es el Eneatipo 7.
En su charla, Gilbert explica que las personas son más felices cuando sus elecciones son irrevocables, y que tener múltiples opciones puede conducir a menor satisfacción debido al fenómeno de la comparación constante y la “disonancia cognitiva post-elección”.
La disonancia cognitiva post-elección es un fenómeno psicológico que ocurre después de tomar una decisión entre dos o más opciones atractivas, y se refiere al malestar interno que sentimos al pensar que tal vez no elegimos la mejor opción.
Ocurre porque al elegir algo, inevitablemente renunciamos a otras posibilidades, y eso genera incomodidad, duda o arrepentimiento, especialmente cuando las opciones eran similares o igualmente deseables.
En el Eneagrama, el eneatipo 7 vive con el impulso constante de encontrar “lo más estimulante, lo novedoso, lo siguiente”.
La mejor experiencia, el mejor plan, la mejor versión posible de cada situación.
Su mente va por delante, comparando, anticipando, imaginando alternativas.
Pero como decía Séneca:
“Ningún viento es favorable para quien no sabe a qué puerto se dirige”
El problema no es tener opciones. El problema es no poder elegir una y quedarse ahí presente y comprometido.
El coste oculto de las opciones
Dan Gilbert demostró que, paradójicamente, las personas que más opciones tienen suelen sentirse menos satisfechas.
¿Por qué? Porque el exceso de libertad genera una angustia: ¿Y si hubiera otra cosa mejor?
Y esto el eneatipo 7 del Eneagrama lo vive como un ruido de fondo constante.
Incluso cuando elige algo, parte de su atención sigue atrapada en lo que «podría estar perdiéndose.»
Es la trampa de la gula emocional: acumular estímulos para evitar la frustración, sin darse cuenta de que cuanto más corre, menos goza.
El camino de la virtud del eneatipo 7: la sobriedad alegre
En el trabajo que hacemos con los 7, el ideal de desarrollo no es la renuncia ni la rigidez.
Es algo mucho más profundo y transformador, lo que yo llamo la sobriedad alegre.
Ese estado en el que el eneatipo 7 ya no necesita estar constantemente estimulado para estar bien.
Ya no vive a la carrera, sino con una alegría serena, que saborea lo que tiene sin sentir que se está perdiendo nada.
Un 7 sobrio y alegre no se apaga. Se vuelve selectivo, profundo y presente.
Aprende a elegir y quedarse.
A disfrutar de una conversación sin pensar en lo siguiente.
A comprometerse con un proyecto sin miedo a estar atrapado.
A amar con cuerpo y alma, sin evaluar cada semana si “hay algo mejor ahí fuera”.
El trabajo con las flechas 1 y 5
Para llegar a esa ansiada sobriedad alegre, el eneatipo 7 necesita mirar también a sus dos flechas:
A su flecha al 5, para centrar su atención, desarrollar profundidad, y liberarse del ruido interno.
A su flecha al 1, para abrazar la sobriedad como un valor, y cultivar el sentido del deber con la alegría que le caracteriza.
Así puede salir del bucle de la estimulación y vivir desde lo esencial.
Como decía Epicteto, la libertad verdadera no está en hacer lo que se quiere, sino en desear lo que está en nuestra mano.
¿Y tú? ¿Puedes quedarte donde estás sin pensar que hay algo mejor?
Si eres eneatipo 7, o tienes rasgos de este tipo, y quieres trabajar este patrón con profundidad y herramientas reales, puedes hacerlo en tu videocurso personalizado o en la formación de Experto en Eneagrama.