A menudo, los eneatipos emocionales (2, 3 y 4) se sienten atrapados en un ciclo de insatisfacción, incluso cuando tienen todo lo necesario para ser felices.
¿Por qué ocurre esto?
Porque ven la vida a través del filtro del valor y de lo que sienten.
Esto les permite conectar profundamente con las experiencias de la vida…
… pero también puede convertirse en un obstáculo cuando aparentemente desaparece la intensidad emocional que buscan.
Esa sensación de que la vida ya no tiene el brillo de antes o que les falta algo suele venir acompañada de una necesidad de buscar grandes cambios o nuevas experiencias.
Pero aquí está la cuestión: no siempre necesitas un cambio radical.
Lo primero es aceptarte tal como eres y aceptar la vida que tienes.
Esto no significa resignarse, sino reconocer lo que ya has logrado, valorar lo que está funcionando y entender que no todo tiene que ser intenso o extraordinario para tener sentido.
La necesidad de intensidad emocional es una trampa para los eneatipos 2, 3 y 4
Pensar que sólo las grandes experiencias pueden traeros plenitud, aleja a estos eneatipos de algo fundamental: La felicidad puede estar en lo sencillo y lo cotidiano.
Si no estás en una situación que realmente afecte tu bienestar, tal vez no sea el momento de buscar cambios drásticos.
Quizá lo que necesitas es ir poco a poco, hacer pequeños ajustes, y permitirte valorar lo que ya está bien en tu vida.
A veces, el gran cambio que buscamos no está en lo externo, sino en aprender a mirar nuestra situación con más objetividad.
Esa claridad te ayudará a entender qué necesita un cambio y qué está funcionando.
Un pequeño ajuste ya puedes hacerlo el próximo 10 de febrero.
Si no sabes a qué me refiero, es aquí.