Hay una frase que me encantó el día que la escuché: «Puedes tener razón o puedes ser feliz»
Obsesionarse por tener razón es una técnica avanzada increíblemente efectiva para garantizarse todo tipo de broncas, peleas, resentimientos y equivocaciones.
Para aquellos que quieran garantizarse la infelicidad en la vida, obsesionarse con creerse en la verdad es la autopista más rápida al fracaso (a highway to hell)
“Obsesionarse con tener razón” significa la intolerancia, la rigidez excesiva, la imposición de una única forma de ver o hacer las cosas.
Los conflictos, las guerras, las peleas, los divorcios… todos tienen su origen en la premisa: “yo tengo razón y tú estás equivocado”.
Muchos de nuestros errores y decisiones equivocadas en la vida tienen su raíz en la obcecación por mantener un único punto de vista. “¡Esto se hace así porque sí!”
LA PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD
Cuando sufrimos esta alucinación de creer tener razón sentimos que vemos la realidad tal cual es. Creemos que somos objetivos y nos creemos en la verdad. No podemos ver las cosas de otra manera. Nos convertimos en víctimas de estos autoengaños y espejismos.
El sistema de percepción humano tiene filtros que distorsionan la realidad externa, es como si nos pusiéramos unas gafas de colores que nos distorsionaran las imágenes que vemos del exterior.
La psicología demuestra que la realidad que vemos las personas es subjetiva. Nadie en el mundo es omnisciente ni tiene la capacidad de percibirlo todo con total claridad y objetividad.
«El mapa no es el territorio» dijo Alfred Korzybski, nuestra forma de ver la realidad no es la realidad, es sólo una parte de la realidad. De ahí que unos veamos la botella medio llena y otros medio vacía. Que unos veamos a la joven y otros a la anciana de la foto:
Y esta es la base de las equivocaciones que tenemos los seres humanos: creemos que somos conscientes y que vemos las cosas “claras”, cuando en realidad tendríamos que ser mucho más humildes y pensar siempre en la posibilidad de que nuestra forma actual de ver la realidad sea errónea o incompleta.
LA VISIÓN TUNEL
En medicina se habla de la visión túnel o síndrome de Usher, una enfermedad degenerativa de la retina que produce una reducción en el campo visual y solo permite ver al individuo los objetos que hay delante de él
La ira provoca un fenómeno cognitivo similar a este concepto médico de “la visión túnel”.
En la percepción humana, la ira crea tal rigidez en los circuitos neuronales que sólo vemos la realidad en una única dirección.
La naturaleza nos dotó a los seres humanos la ira como un mecanismo de protección y control del entorno: en situaciones de dificultad se hacía necesario reducir el campo visual y concentrar la atención como un rayo láser en una única dirección, por ejemplo, para encontrar una vía objetiva y potente de acción. También la ira da energía al cuerpo para sobreponerse ante las adversidades y coger fuerza para defenderse.
Sin embargo, la ira llevada al extremo conduce a las personas a la rigidez, a la pérdida del control y al conflicto.
Cuando nos enfadamos se crea un filtro en nuestra forma de pensar y, mientras dura la emoción de la ira sólo podemos ver una parte de la realidad, siendo incapaces de ver otros puntos de vista diferentes.
Esto es típico en los accidentes de tráfico, la gente se revuelve, se enfada, insulta y en ocasiones se agrede al creerse en posesión de la verdad en la interpretación de la situación:
– ¡Señor! ¡La culpa es suya al no ver la señal!
– ¡No! la culpa es suya al no poner el intermitente!
En fin, estas situaciones se caracterizan por lo inútiles que son y muestran el lado más vergonzoso y primitivo del ser humano.
LA IRA Y LA PERSONALIDAD TIPO 1 DEL ENEAGRAMA
La obsesión por tener razón es una tendencia que la encontramos más frecuentemente en la personalidad tipo 1 del Eneagrama: “El perfeccionista o el reformador”, aunque en realidad, todas las personalidades sufrimos esta fijación de un modo u otro
Pero, ¿de dónde viene la obsesión por tener razón? de la ira.
¿Qué curioso, no? Pues la ira es un sentimiento muy fuerte que distorsiona completamente la forma de percibir y valorar la realidad.
La ira es la rabia y el cabreo que le entra a uno en el cuerpo cuando cree que ve la realidad con claridad y se enfada porque los demás no son capaces de verlo igual.
También surge la rabia cuando uno se cree moral, virtuoso y bueno, y entra en cólera cuando juzga y critica los comportamientos de los demás, tildándoles de inmorales o incorrectos.
Lo irónico es que las personas iracundas no siempre se dan cuenta de que sienten rabia, sino que se autoengañan creyendo que en realidad se controlan y no son tan “emocionales”; creen que niegan su rabia apretando los dientes cuando dicen: ¡No estoy enfadado! ¡Sólo quiero que os deis cuenta de la realidad! ¡Las cosas son tan claras que no entiendo cómo no lo veis así! ¡Y sólo quiero corregir las cosas para que se hagan mejor!
LOS CIRCUITOS NEUROLÓGICOS DE LAS CREENCIAS
El cerebro funciona creando patrones, circuitos o estrategias de conducta para poder funcionar.
Una idea, una creencia o una convicción es un circuito neuronal, donde varias neuronas transmiten la información de unas a otras creando una cadena
Para entender mejor esto, propongo este dibujo metafórico que: los puntos rojos son las ideas o creencias que alberga una neurona o (grupo de neuronas), y estas neuronas han creado un camino hacia otra neurona, y así sucesivamente van transportando la información. (Ver más sobre lógica fluida)
Pongamos un ejemplo de cómo una persona crearía una ideología o una creencia en su vida. Una persona vegetariana podría crear un circuito de percepción así:
- “Comer vegetales y frutas es más sano que la carne”
- “La carne es mala para el organismo”
- “La carne se consigue matando animales”
- “Comiendo vegetales salvaríamos a muchos animales”
- “Un mundo vegetariano sería un mundo mejor”
- “Siendo vegetariano estoy ayudando a la naturaleza”
- “Soy vegetariano y me siento orgulloso de vivir así»
Las creencias y convicciones son una mezcla de ideas, valores, conceptos y emociones entremezcladas que crean una cadena o circuito cerrado. Para una persona sus creencias son la verdad, porque no tiene otra forma de ver, sentir y experimentar la realidad.
Así pues, la obsesión por tener razón es una rigidez patológica en estos círculos neurológicos. Cuando una persona se vuelve terca e intolerante, está sufriendo una limitación en el buen funcionamiento de sus sistemas de pensamiento. Sus canales de percepción están cerrados, no puede ver nada diferente a lo que ya ve. Toda la información del exterior se canalizará para «darle la razón» en las ideas y criterios que previamente tiene concebidas.
Esto se demuestra muy bien con las ideas políticas y religiosas: se crean circuitos muy rígidos, casi imposibles de cambiar una vez establecidos.
LA IRA REVOLUCIONA LOS CIRCUITOS
Las emociones potentes como la ira hacen que momentáneamente estos circuitos se vuelvan mucho más rígidos. La carga eléctrica es altísima y activa el sistema neuroendocrino, creando reacciones físicas. Por esto se dice que las emociones como la ira son reacciones viscerales, como que «salieran del cuerpo”.
Mientras estamos enfadados nos es casi imposible por nos nosotros mismos salir de este círculo. La rigidez del circuito es tan fuerte que fisiológicamente somos incapaces de ver la realidad de forma diferente ni tampoco podemos cambiar nuestro estado de ánimo.
Por este motivo, muchas veces es inútil e incluso peligroso discutir con una persona que está poseída por la ira: está momentáneamente incapacitado para pensar de otra manera.
EL ANTÍDOTO A LA IRA:
LA SERENIDAD y… ¡EL SENTIDO DEL HUMOR!
Sólo cuando nos serenamos y nos relajamos la carga eléctrica disminuye y se relaja el circuito de percepción. Y al relajarnos hay más posibilidades de que el circuito rompa por algún sitio y salte a otro circuito más amplio, a otras ideas más abiertas, a otras formas de percibir la realidad.
También hay otras maneras de cortar con la ira de inmediato con un cambio repentino de ver una situación, por ejemplo, con sentido del humor. Muchas veces hemos visto en la televisión personas muy enfadadas que de repente se han dado cuenta de que les estaban gastando una broma y se han echado a reír.
Edward de Bono, médico famoso por sus estudios del cerebro y el pensamiento, escribió acerca de la importancia del sentido del humor como mecanismo del pensamiento creativo y lateral. El humor nos permite «dar un salto» y ponernos instantáneamente en otra perspectiva de la realidad. Este cambio en la lógica de las situaciones es lo que crea la risa.
De Bono también decía en su libro «Manual para la sabiduría» que probablemente las personas con buen sentido del humor son las más capaces de poseer la sabiduría, gracias a la flexibilidad de su cerebro al tratar con diferentes perspectivas lógicas y crear formas alternativas de comprensión de las cosas.
ENCUENTRA EL «3ER CAMINO»
POTENTE TÉCNICA DE NEGOCIACIÓN EN
5 PASOS PARA SUPERAR UN CONFLICTO:
Aquí propongo un sencillo método en 5 pasos para superar un conflicto tipo “yo tengo razón y tú estás equivocado»
1º) – “Primero hay que comprender y después intentar ser comprendido» decía Stephen R. Covey. En vez de seguir discutiendo, intentando convencer al otro de tu punto de vista, dile al otro:
– En primer lugar, permíteme escucharte para poder entenderte.
– Exactamente ¿qué es lo que piensas respecto a este asunto?
– Y esto que piensas ¿Cómo te hace sentir? ¿Cómo te sientes?
2º) – A continuación, parafraseamos lo que el otro ha dicho para asegurarnos que le entendemos, y también para que se sienta escuchado y atendido.
– Corrígeme si me equivoco, según tú, ¿lo que has dicho es…. ?
Parafrasear es volver a decir las mismas palabras que ha dicho el otro, y en caso de no entenderlas del todo bien, le pedimos que confirme nuestra interpretación de sus palabras.
Y para transmitir empatía, después de que nos dé su afirmación de que sí le hemos comprendido bien al parafrasearle, ahora le mostramos respeto a su punto de vista.
– Vale, acepto que pienses así, valoro tu punto de vista y respeto cómo te sientes.
3ª) Una vez que le hemos mostrado que le respetamos por sus ideas (aunque no estemos de acuerdo con ellas) y que hemos hecho esfuerzo por comprenderle, ahora toca hablar nosotros y hacernos comprender. Para ello tenemos que expresar nuestros puntos de vista y nuestras emociones en relación a esos puntos de vista.
– Ahora, por favor, permíteme explicar cómo veo la situación y cómo me siento.
4º) Una vez que has parafraseado su punto de vista y has explicado el tuyo. El siguiente paso consiste en buscar de puntos en común. Esta es una técnica muy potente cuando discutimos con alguien que tiene una creencia aparentemente opuesta a la nuestra. Se trata de buscar similitudes y semejanzas con “el enemigo”. Esto es estrategia pura. En vez de centrarnos en los puntos en contra, buscamos puntos de acuerdo, por mínimos que sean.
Esto se basa en el principio de que nos gustan las personas que son como nosotras. Así pues, para ser buenos negociadores, tenemos que buscar qué tenemos en común con nuestro “contrincante”, para acercarnos emocionalmente a él.
– ¿En qué cosas estamos de acuerdo?
– Aunque tengamos ideas políticas diferentes, los dos buscamos mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, ¿es así?
– ¿qué valores y objetivos compartimos?
– Ambos compartimos la buena intención de querer mejorar las cosas, ¿verdad?
– Entonces, lo único que nos diferencia son las maneras de hacerlo, ¿cierto?
Como dice mi buen amigo Pablo Grau de www.negociabien.net la clave del éxito para resolver un conflicto es conseguir síes, para ir convirtiendo a nuestro «oponente» en nuestro «aliado». En vez de confrontarle, nos ponemos a su lado. En vez de luchar, creamos una situación de colaboración.
5º) La negociación: la búsqueda de la 3ª vía alternativa. Para resolver conflictos donde hay 2 ideas contrapuestas, la única manera de solucionarlos es siendo creativos y diseñar una 3ª vía de acción que contenga los valores y objetivos compartidos, que reduzca en lo posible las pérdidas que producen las diferencias y que beneficien a ambas partes.
– ¿Qué 3ª solución podríamos crear para que los dos estuviéramos satisfechos, al menos en lo fundamental?
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