“La persona más influenciable con la que hablarás todo el día eres tú.
Ten cuidado entonces con lo que te dices a ti mismo.” 

Las personas de éxito tienen éxito porque piensan de forma diferente a las personas que no lo tienen.
Esta es una técnica de pensamiento que descubrí hace un tiempo que me impactó enormemente. La explico a continuación.

A partir de ahora, cada vez que cometas un error -cualquier error: un fracaso, un olvido, una torpeza…- en vez de atormentarte pensando ¿Qué he hecho mal? o ¡qué tonto soy! ¡pero cómo he podido ser tan imbécil! ¡otra vez el más de lo mismo!, tranquilízate y hazte estas dos preguntas:

1. ¿Qué he hecho bien?
2. la próxima vez, ¿Qué haré de diferente?

La 1ª pregunta nos ayuda a reforzar lo positivo que tenemos. Se basa en el principio “el éxito llama al éxito”. Se trata de “reprogramar” nuestro cerebro para que continúe reforzando nuestras conductas positivas.

La 2ª pregunta nos abre a nuevas posibilidades. A la creatividad. Porque si haces lo que siempre has hecho, obtendrás lo que siempre has obtenido. Se trata de visualizarnos en una situación futura actuando de forma diferente.

Esta forma de pensar suele ser muy distinta a la que tenemos la mayoría de nosotros cuando cometemos un error: nos quedamos bloqueados pensando en el por qué del error; y lo que es peor, nos faltamos al respeto a nosotros mismos insultándonos por el error cometido.

Las personas altamente efectivas, en vez de quedarse dando vueltas a sus errores,  lo primero que hacen es valorarse a sí mismos lo que han hecho bien: se recuerdan sus éxitos -como forma de proteger su autoestima- y, una vez identificada la raíz de sus errores, inmediatamente después se plantean cómo actuar de forma diferente la próxima vez – es decir, estimulan su creatividad para hacer mejor lo que hacen-

Si haces esto cada día, empezarás a ser mejor, a no repetir los mismos errores, a mejorar tus habilidades, a aumentar tu autoestima… dicho de forma sencilla, si cambias tu forma de pensar cambiarás tu vida.