La segunda cabeza del “dragón anti-cambio” es el miedo.

Cuando tenemos “miedo» de tomar una decisión en realidad lo que tenemos es “duda”. Dudamos de cuál va a ser el resultado futuro de tomar una decisión.

– ¿Qué sucederá si elijo esto? ¿Y si decido esto otro, será mejor o peor? 

El cerebro está diseñado para buscar seguridad, certezas, entornos previsibles.
Es la incertidumbre ante el futuro lo que nos produce inseguridad, ansiedad, preocupación y miedo.

– Tenemos miedo de cambiar de trabajo porque dudamos si encontraremos otro mejor o nos quedaremos en paro.
– Tenemos miedo de dejar a una pareja porque dudamos si encontraremos otra o mejor o nos quedaremos solos.
– Tenemos miedo de enfrentarnos a una situación difícil porque dudamos si seremos capaces de controlar nuestras reacciones, por ejemplo, al hablar en público, enfrentarnos con nuestros compañeros de trabajo, etc.

Tener un poco de duda es útil, porque nos ayuda a ser prudentes y tomarnos un tiempo para pensar.

El problema es cuando la duda es excesiva, es entonces cuando nos metemos en bucles y círculos viciosos (rayadas) que nos crean ansiedad y parálisis por análisis.

Entonces, ¿qué podemos hacer para superar las dudas a la hora de tomar una decisión?

Aprender a pensar utilizando un método.

Al igual que aprendemos artes marciales para sentirnos más seguros ante posibles agresiones, podemos aprender técnicas de pensamiento para sentirnos más seguros a la hora de tomar decisiones.

Las personas más sabias han creado sus propios métodos, procesos o hábitos de pensamiento en base a su experiencia.

¡La buena noticia es que no tenemos que inventar la rueda! Podemos aprender a utilizar métodos y técnicas de pensamiento sencillos que nos ayuden a tomar mejores decisiones.

“Cuando el sabio señala a la luna, el tonto mira al dedo” decía Confucio :)

Probablemente, las personas más sabias han aprendido a mirar la realidad con serenidad: no se apresuran a sacar conclusiones demasiado rápido, son tolerantes con otros puntos de vista, se cuestionan si su forma de ver la realidad es la única posible, hacen proyecciones hacia el futuro para considerar las diferentes consecuencias de sus decisiones, etc.

Te voy a proponer 5 sencillas técnicas que te van a ayudar a crear tu propio método de toma de decisiones. Estas 5 técnicas se basan en un principio: ampliar nuestra percepción de la realidad. Las buenas técnicas de pensamiento nos ayudan a ver nuevas perspectivas de las situaciones.

1. Amplía tu número de opciones
2. Busca más información, de diferentes fuentes
3. Encuentra un modelo que haya funcionado
4. Ponte en el lugar de un observador imparcial
5. Supera la emoción a corto plazo. Piensa en las consecuencias a largo plazo

1. AMPLÍA TU NÚMERO DE OPCIONES

“Cada vez que en la vida tengas la tentación de pensar ¿Hago esto O aquello?, pregúntate en cambio ¿Hay alguna forma de hacer esto Y aquello?. Con sorprendente frecuencia son factibles las dos cosas”, dijo Steve Cole, vicepresidente de HopeLab.

Edward De Bono, Chip y Dan Heath, y muchos otros estudiosos de la psicología de la toma de decisiones llegan a la misma conclusión: el peor pirata saboteador es la visión estrecha.

La «visión estrecha» es el estar “corto de miras”. Es decir, nuestra tendencia a ver la realidad de forma reducida, a ver el cuadro pequeño, a ver las cosas de manera demasiado restringida. ¡Los árboles nos impiden ver el bosque!

Muchas veces reducimos nuestra forma de pensar en términos disyuntivos o binarios: lo uno O lo otro

– ¿Hago esto O aquello?
– ¿Sigo con mi pareja O la dejo?
– ¿Continúo con mi trabajo O me voy?
– ¿Despido a un trabajador O le mantengo?

Ante estas disyuntivas, muchas personas sólo utilizan el método de pros y contras. El problema con el método de buscar aspectos positivos (pros) y negativos (contras) es que nos quedamos en la visión estrecha de elegir una opción u otra. Y así perdemos perspectiva.

Tenemos que utilizar otro método mejor que nos ayude a ver el cuadro más amplio.
Tenemos que buscar la 3ª alternativa:

Ante la disyuntiva: – ¿Me separo de mis socios o no?
Nos preguntamos: – ¿Cómo podría mejorar esta relación?

Ante la disyuntiva: – ¿Echo a un trabajador de mi empresa o no?
Nos preguntamos: – ¿Qué podría hacer para motivarle y que fuera más eficaz?

Ante la disyuntiva: – ¿Dejo a mi pareja o no?
Nos preguntamos: – ¿Habría otra manera de superar este conflicto sin tener que separarnos?

Ante la disyuntiva: – ¿Cambio de coche o no?
Nos preguntamos: – ¿En qué otra cosa podría invertir el dinero que mejorarse mi calidad de vida?

Supongo que captas la idea.

2. BUSCA MÁS INFORMACIÓN, DE DIFERENTES FUENTES

El gran problema de la toma de decisiones es que “no sabemos lo que no sabemos”.
Y peor todavía, muchas veces intentamos aferrarnos a lo poco que sabemos como a un clavo ardiente.

A esto último en psicología se le llama el sesgo de confirmación o sesgo confirmatorio: la tendencia que tenemos las personas a seleccionar la información que apoye nuestros puntos de vista y creencias.

Por ejemplo, las personas de ideología de izquierdas tienen a leer la prensa de izquierdas, y las personas de derechas tienen a leer la prensa de derechas. De esta manera se “autoconvencen” de sus propias creencias ya establecidas.

Te propongo este sencillo ejercicio para darte cuenta de lo difícil que es salir del sesgo de confirmación:

Piensa por un momento si estarías dispuesto a partir de ahora a hacer el esfuerzo de leer y estudiar todas las fuentes de información que sean contrarias a tu actual ideología política hasta convencerte.

– ¿Estarías dispuesto a hacer el esfuerzo por cambiar de ideología política?
– ¿Harías todo lo posible por informarte al punto de sentirte persuadido de que quizás estás equivocado?
– ¿Cuánto tiempo invertirías para ampliar tu perspectiva de la realidad?

Difícil, ¿verdad? Por eso pensar cuesta. Pensar es incómodo. Pensar cansa.

Otro ejemplo curioso que mencionan Dan y Chip Heath en sus libros:

En 1960 se hizo un estudio en una época en que la población no estaba tan sensibilizada con los peligros del tabaco. Descubrieron que había muchas más probabilidades de que los fumadores mostraran interés por leer un artículo titulado “Fumar no produce cáncer del pulmón” que otro con el título “Fumar produce cáncer del pulmón” :)

Resulta chistoso, ¿verdad?

Para darnos cuenta de cómo este sesgo puede acarrear malas decisiones, imagínate ante dos estudios de investigación titulados: “Datos que respaldan lo que piensas” y “Datos que contradicen lo que piensas”.

De aquí sacamos una conclusión clara: que la gente ve lo que quiere ver.
Raras veces ponemos en tela de juicio nuestras creencias buscando puntos de vista contrarios.
Fingimos que queremos la realidad, cuando realmente estamos buscando reafirmarnos.

Entonces, ¿cómo superar el sesgo de confirmación? Buscando información de diferentes fuentes.
Las personas sabias preguntan a otros que tienen opiniones diferentes.
Las personas sabias dedican un tiempo a informarse de fuentes que contradicen sus opiniones.

Aquí van algunas preguntas poderosas que puedes hacerte:

– ¿De qué otra manera podría ver esta situación?
– ¿Cómo puedo salir de mi cabeza y buscar información veraz?
– ¿Me estoy engañando intentando autoconvencerme?

Un ejemplo típico de sesgo de confirmación lo sufren las personas celosas.

Un hombre celoso de su mujer intentará buscar pruebas (información) que apoye sus sospechas (creencia) de que le está engañando con otro amante.
El problema es que si este hombre se obsesiona con los celos, es probable que su mujer le acabe abandonando por pesado, escéptico e insufrible, no por culpa del amante. Rara vez la persona celosa se cuestiona la veracidad de sus celos.

3. ENCUENTRA UN MODELO QUE HAYA FUNCIONADO

Muchas veces no hace falta reinventar la rueda. Seguro que alguien ha pasado antes por tu problema y lo ha resuelto. Pregúntate:

– ¿Quién ha pasado por mi situación y ya haya resuelto mi problema?
– ¿Cómo lo ha hecho?

Se trata de buscar las “buenas prácticas”, los “modelos de excelencia”, los “casos de éxito”.

Por ejemplo, si estás teniendo conflictos con tu pareja y no sabes cómo arreglarlo, pregunta a algún amigo tuyo que haya pasado por la misma situación con éxito.

– Si no sabes decidirte por una página web, busca modelos de webs que te gusten.
– Si dudas si comprar un coche, por ejemplo un seat ibiza, contacta con conductores que tengan ese coche y te cuenten su experiencia.
– Si dudas si aceptar un trabajo en consultoría, contacta con profesionales del sector para que te cuenten su experiencia.

Los chinos son los grandes “copiones” de modelos de éxito. Han copiado todo lo que funciona en occidente y en pocos años están pasando de ser un país pobre a una de las mayores potencias económicas del mundo.

4. PONTE EN EL LUGAR DE UN OBSERVADOR IMPARCIAL

Se trata de tomar distancia y ver las cosas en perspectiva, con objetividad.

– ¿Cómo vería mi situación una persona desde afuera?
– ¿Cómo pensaría «mi madre, padre, abuelo, amigo sabio», ante esta situación?

Aquí la técnica consiste en cerrar los ojos y observarse desde afuera.

Cuando pienses en un problema, proyecta la situación viéndote a ti mismo desde una cámara de vídeo elevada, y piensa observando la situación en su conjunto.

5. SUPERA LA EMOCIÓN A CORTO PLAZO.
PIENSA EN LAS CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO

Técnica: ¿Qué haría mi yo del futuro?

Si pudiera venir al presente mi yo futuro, ¿Qué decisión tomaría?
Esta es una buena pregunta. Para no sucumbir a las emociones a corto plazo nos planteamos los posibles escenarios futuros.
Traer al presente a “mi yo futuro” nos ayuda a imaginar los diferentes escenarios consecuencia de diferentes decisiones.

Aquí van otras dos técnicas:

Técnica “imaginar la peor pesadilla»

Se trata de pensar en lo peor que podría ocurrir. Plantearnos los peores escenarios nos ayuda a aceptar lo peor que podría suceder.
Superamos el miedo y estamos en paz cuando mentalmente aceptamos las posibles consecuencias negativas de nuestras decisiones.

Técnica “imaginar la situación ideal»

Las personas muchas veces no conseguimos lo que queremos porque no sabemos exactamente qué es lo que queremos. Esta técnica consiste en en imaginarnos con claridad y detalle la situación ideal que nos gustaría vivir.

Esta técnica se basa en el principio de “todas las cosas se crean dos veces: primero de forma mental y luego física”:
Un pintor crea primero la imagen en su cabeza, y luego la pinta en el cuadro.
Un arquitecto se imagina el edificio, luego dibuja los planos, y luego lo construye.

Imaginarse el peor y el mejor escenario nos ayuda a tomar perspectiva, mejora nuestra prudencia y nuestra motivación por tomar la decisión.

Conclusión: los estudios de psicología concluyen que es mejor tener cualquier método que te ayude a ampliar tu perspectiva de la realidad que no tener ningún método. Así pues, ¡crea un método amigo mío, para ser el Capitán de tu Destino!

«Para disipar una duda, cualquiera que sea, se necesita una acción» 
(Thomas Carlyle)